Por: Elsa Núñez
Mi primer encuentro con Lo-fi-fnk fue en diciembre del año pasado, cuando mi hermano me regaló el compilado cuatro de Happy-Fi, obviamente con motivos de las fiestas navideñas.
Al darle la primera escuchada a dicho material, me enamoré de algunas canciones entre las que estaba City, mi ignorancia acerca de este dúo me llevó a pensar que eran uno de los tantos proyectos nacidos en Monterrey que habían sido acogidos por el sello discográfico.
Lo-fi-fnk son Leo Drougge y August Hallsing y la historia de su formación es bastante común, se conocieron en la preparatoria en el 2001 y en sus propias palabras “empezaron a hacer música que reflejara sus personalidades en cuánto el tiempo y el lugar del que formaban parte”.
Influenciados por el dance, empezaron imaginar canciones que pudieran sonar en los clubes más famosos de la ciudad y lo de imaginar no es un decir, ya que ni siquiera tenían la edad suficiente como para entrar a tales lugares.
Así que como en la típica historia de los grupos que empiezan a trabajar en casa, juntaron todo su material en un ep al que llamaron We is (la vida locash) en cual fue se distribuyó mano en mano entre amigos.
En 2004, lanzaron Unighted, material que los puso en el mapa de la escena sueca, por lo que formaron parte del cartel de varios festivales locales y esa fama seguiría creciendo con Lo-fi-fnk Ep (…and the JFG?) que los hizo conocidos en Europa. Varios de los temas de este ep empezaron a circular alrededor del mundo en varios compilados.
Finalmente, en 2006 reunieron todo su material en su primer álbum Boylife que bien podría ser el soundtrack de una fiesta en la que los nuevos sonidos de la electrónica se combinan con elementos de hits propios los Vengaboys (que buenos o malos todos conocemos), A.D.T y Heartache son los mejores ejemplos.
A pesar de que no son tan descarados como The teenagers, pero su música bien podría entrar en el mismo género pachanguero que habla de la vida común.
Al darle la primera escuchada a dicho material, me enamoré de algunas canciones entre las que estaba City, mi ignorancia acerca de este dúo me llevó a pensar que eran uno de los tantos proyectos nacidos en Monterrey que habían sido acogidos por el sello discográfico.
Lo-fi-fnk son Leo Drougge y August Hallsing y la historia de su formación es bastante común, se conocieron en la preparatoria en el 2001 y en sus propias palabras “empezaron a hacer música que reflejara sus personalidades en cuánto el tiempo y el lugar del que formaban parte”.
Influenciados por el dance, empezaron imaginar canciones que pudieran sonar en los clubes más famosos de la ciudad y lo de imaginar no es un decir, ya que ni siquiera tenían la edad suficiente como para entrar a tales lugares.
Así que como en la típica historia de los grupos que empiezan a trabajar en casa, juntaron todo su material en un ep al que llamaron We is (la vida locash) en cual fue se distribuyó mano en mano entre amigos.
En 2004, lanzaron Unighted, material que los puso en el mapa de la escena sueca, por lo que formaron parte del cartel de varios festivales locales y esa fama seguiría creciendo con Lo-fi-fnk Ep (…and the JFG?) que los hizo conocidos en Europa. Varios de los temas de este ep empezaron a circular alrededor del mundo en varios compilados.
Finalmente, en 2006 reunieron todo su material en su primer álbum Boylife que bien podría ser el soundtrack de una fiesta en la que los nuevos sonidos de la electrónica se combinan con elementos de hits propios los Vengaboys (que buenos o malos todos conocemos), A.D.T y Heartache son los mejores ejemplos.
A pesar de que no son tan descarados como The teenagers, pero su música bien podría entrar en el mismo género pachanguero que habla de la vida común.
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