21 de mayo de 2007

Austin TV - Fontana bella


Reza el viejo adagio que el segundo disco es el mas difícil de la carrera de un artista o banda, ya que después del éxito de un debut se espera evolución, mayoría de ventas, explosiones de creatividad, mas sencillos en los medios, etc.

Optando por el camino de la independencia, y como ellos dijeron alguna vez, dándole la espalda a las exigencias de las disqueras, Austin TV deja atrás dudas acerca de su supervivencia. Lo hicieron otra vez, un gran disco.

Hablando en odiosos términos de etiquetas, pasaron del emo-punk al post-rock, se olvidaron de Mineral, Faraquet y Sunny day real state, para concentrarse mas en Mogwai (con quienes compartieron escenario), Explosions in the sky, y Don Caballero, sobretodo en esa forma de meter silencios, contratiempos, al mero estilo jazz o como un buen jamming.

Perfecta adición de piano en algunas piezas, samples que apenas se entienden, sonidos de la naturaleza, buenos paneos entre guitarras, distorsiones rudas que dan paso a la melancolía, arreglos de cuerdas. Aprovecharon todos los recursos que tenían a la mano, y dieron oportunidad a nuevos sonidos de integrarse a las canciones.

Quizá la única falla es el final del disco, donde dejan 8 minutos de sonidos de grillos que llegan a ser desesperantes. Tal vez si hubieran experimentado con atmósferas, delays o el piano hubieran logrado una buena pieza, digna de 13 minutos, y no solo mas de lo mismo.

Altamente recomendable, alejado de todo hito comercial, sin pretensiones, de corazón, y como deberían de tomar en cuenta muchas bandas locales de la actualidad: sin miedo a la experimentación. Porque ya basta de que todas las bandas suenen igual y solo sigan modas.

8 de mayo de 2007

Vive Latino 2007

Como cada año la multitud se agolpa, camina a los diferentes escenarios, se sienta al atardecer ante el cansancio, se retira complacida por lo que ha visto, o decepcionada por lo que no pudo ver.

Diferentes estilos, bandas a las que quizá difícilmente se les podría ver de nuevo, la oportunidad de conocer y juzgar diversos estilos, de elegir entre el surf o el rock híbrido, de algo independiente o algo apoyado por una transnacional, bandas nuevas y bandas consagradas, vacas sagradas, moustros que antes miraban 50 personas en una fiesta.

Mascaras de luchador, mohawks de peluche en un pasamontañas, botas largas y slip-ons, alas de mariposa, playeras de bandas, contra el reageton, de equipos de fútbol. Desfile de modas o comodidad, pasarela o “lo primero que encontré”, el aspecto no importa, ya hay mucho glamour arriba del escenario.

Sr. Bikini inicio el sábado con surf para los rudos y técnicos, Replica y su electro a la Kraftwerk con guitarras no apto para el mediodía abrió el escenario azul. Austin TV se asomo de un bosque, los árboles bailaron, los fans aplaudieron, veneno para el atardecer caluroso, nuevas canciones del Fontana Bella que se vendió como pan caliente (a las 8 ya no tenían copias), Porter y su extraño vocalista, y sus canciones no tan viejas y ya entrañables, la modesta banda rumbo al culto inmediato.

Ahora no llovió con los Bunkers, Chetes los acompaño en aquel cover de los Angeles Negros, tocaron I wanna be sedated, se echaron al publico a la bolsa. Devendra Banhart en posición de loto, guitarra en mano toco como si estuviera en el pasto de la UCLA en la era de Acuario, su banda y su imagen hippie-No war-Woodstock acompaño apropiadamente lo que pudo haber tocado solo. Invito a alguien del publico a que compartiera alguna canción, un afortunado subió, tomo una guitarra y canto su canción que hablaba de un pulpo, al mero estilo Folk, hasta su imagen lo delataba, buen detalle de Devendra, que se despidió cantándole al niño que llevamos dentro (when i feel just like a child).

División minúscula hizo brincar y cantar, el Tri mentó madres y entretuvo durante la comida, Fobia toco lo mas viejo hasta lo mas nuevo, Transmetal devasto los tímpanos de los escépticos como yo, que de otra forma no podrían verlos tocar en vivo, aquello resulto educativo. Calle 13 supero las ofensas y se quedo en el escenario, Cerati brillo literalmente ante el impresionante movimiento de luces del escenario, Pastilla dijo hasta mañana, descansen los que vendrán, y los que no quédense con las anécdotas.

El domingo Ventilader toco muy temprano para ser disfrutado, malamente ignorados quizá, ya que son una buena banda poco conocida, los Satin dolls resultaron sorpresivos, aunque aparentan ser una banda basada solo en la imagen ochentena-punk-The Sounds tocan bien, y la vocalista tiene presencia, y es linda. San Pascualito Rey fue refrescante, buena fusión de lo tradicional, lo abstracto y lo roquero. Jumbo hizo recordar viejas hazañas y prometió nuevo disco, Chetes toco lo mismo de siempre, impecable y ligero, sin dejar de ser malo.

The Magic Numbers, contra todos los pronósticos, salieron avantes del gran reto de enfrentarse a un público ávido a la fiesta. Brillaron con el country al final, se ganaron a la gente, y tocaron excelente. Lucybell toco con furia y encanto, salvaron la tarde que se veía nublada, aunque falto su gran hit la gente los vitoreo.

A Kinky le fallo el sonido, aun así los que estaban mas adelante bailaron y gozaron, algunos de las gradas cayeron a la alfombra sostenida por los de abajo, y volvieron a volar por los aires. Un conato de incendio pronto termino ante un chorro de agua, esto no es Woodstock para hacer fogatas y bailar alrededor del fuego, esto es el Vive, corramos a ver que hay. Y así una multitud corrió para ver al moustro de 5 cabezas llamado Zoe, un sujeto con sudadera negra y parches de 2 minutos y Seguimos perdiendo canto Veneno, igual que una chica con playera rosa con el logo de la banda, igual que los que se besaron cuando escucharon Love, igual que todos aquellos que atendieron el llamado de León cuando pidió luces y brillaron los celulares.

Nortec collective y su manejo audiovisual fue impecable, el baile se hizo presente, los que ignoraron a Café Tacaba bailaron con banda electrónica (o norteña de vanguardia?), cayo la lluvia, y los relámpagos parecían parte del show. Extendieron su set, el cansancio se noto en los asistentes, el final estaba cerca. Todo termino para mi con La Gusana Ciega, la ultima cerveza, el ultimo tramo largo para salir caminando, de vuelta a la calle, dejando atrás esa gran comunidad, ese microcosmos, aquella pequeña ciudad que por 2 días se convirtió en una oferta y la demanda: música.