Por: Fraktal
Hace 18 años, la terrible enfermedad del siglo terminó con la vida de un rey, de un gran tenor que enfundado en una capa roja y una corona le daba sentido a la realeza musical inglesa.
Siempre que he visto un concierto de Queen en la televisión veo a la gente entregada, con los brazos arriba en un estadio lleno, aplaudiendo y coreando, dicen que Queen inventó el rock de estadio, yo creo más bien que su música hizo que las multitudes se agolparan para rendirle pleitesía a la reina, la banda, y a su rey: Freddie Mercury.
Queen es parte de mi historia desde mi infancia y las reuniones de los tíos con I want to break free de fondo, Another one bites the dust para bailar, Killer queen a la hora de la comida en Universal stereo.
Love of my life en la clase de inglés en la primaria para aprender pronunciación, We are the champions en un triunfo escolar, We will rock you en una tabla gimnástica, Bicycle race de fondo escuchando el relato de aquel tío que fue a verlos a Puebla cuando vinieron a nuestro país.
Don´t stop me now en un mensaje de texto, en un momento perfecto, en un sueño, Bijou como una dedicatoria de eternidad, Bohemian Rhapsody, y cantarla en el coche con los amigos, o en una fiesta a las 3 de la mañana, o en una casa en Cuernavaca con cerveza en mano (eso fue hace apenas 2 semanas).
Mi punto es que Queen me ha acompañado toda mi vida, y no importa que Freddie se haya ido, por su legado, y para todos nosotros, el show debe continuar.
Hace 18 años, la terrible enfermedad del siglo terminó con la vida de un rey, de un gran tenor que enfundado en una capa roja y una corona le daba sentido a la realeza musical inglesa.
Siempre que he visto un concierto de Queen en la televisión veo a la gente entregada, con los brazos arriba en un estadio lleno, aplaudiendo y coreando, dicen que Queen inventó el rock de estadio, yo creo más bien que su música hizo que las multitudes se agolparan para rendirle pleitesía a la reina, la banda, y a su rey: Freddie Mercury.
Queen es parte de mi historia desde mi infancia y las reuniones de los tíos con I want to break free de fondo, Another one bites the dust para bailar, Killer queen a la hora de la comida en Universal stereo.
Love of my life en la clase de inglés en la primaria para aprender pronunciación, We are the champions en un triunfo escolar, We will rock you en una tabla gimnástica, Bicycle race de fondo escuchando el relato de aquel tío que fue a verlos a Puebla cuando vinieron a nuestro país.
Don´t stop me now en un mensaje de texto, en un momento perfecto, en un sueño, Bijou como una dedicatoria de eternidad, Bohemian Rhapsody, y cantarla en el coche con los amigos, o en una fiesta a las 3 de la mañana, o en una casa en Cuernavaca con cerveza en mano (eso fue hace apenas 2 semanas).
Mi punto es que Queen me ha acompañado toda mi vida, y no importa que Freddie se haya ido, por su legado, y para todos nosotros, el show debe continuar.